Estas navidades, he tenido varias conversaciones sobre universidades con mi familia porque tengo una sobrina que se prepara para solicitar este año que viene, porque tengo experiencia con varias universidades donde he estudiado o trabajado por más de cuarenta años, y porque el tema está en la primera plana de la prensa nacional.
Mi esposa y yo no tenemos hijos, pero la experiencia me hizo preguntarme, qué le podría decir a padres que tienen los medios, y han tomado la decisión de mandar a sus hijos a estudiar “afuera.”
Hay algunos temas que se conocen o que pueden investigar por otros medios: las clasificaciones nacionales, los cursos preparatorios para los exámenes estandarizados, la redacción de las solicitudes, la diferencia entre las universidades urbanas y rurales, los servicios de salud física y mental, y la importancia de visitar las facilidades de ser del todo posible.
Aquí sólo hablaré de tres temas. Es injusto generalizar, pero mi experiencia en universidades privadas y públicas ha sido muy distinta.
Las universidades privadas tienden a tener más recursos económicos y no dependen de los insumos más precarios de las legislaturas del estado. Esto quiere decir que la infraestructura suele estar más al día en cuanto a salones de clase, centros de recreo, y áreas comunes.
Pero la calidad del profesorado en las universidades públicas es comparable a la de las privadas, y las públicas son más económicas.
El “college” es diferente de la “universidad de investigación.”
Los “colleges” son instituciones de cuatro años, sin programas graduados. Son más pequeños, y esto suele tener un impacto en la población estudiantil. Los “colleges” (muchas veces privados) tienden a ser más homogéneos en cuanto a diversidad étnica y socioeconómica.
En el “college,” las clases tienden a ser más pequeñas y los profesores son completamente responsables por la enseñanza.
En la universidad, muchos estudiantes graduados ayudan a los profesores a enseñar los cursos. Pero los profesores de la universidad de investigación suelen estar en la punta de lanza de sus campos de conocimiento.
Yo estudié en un “college.” La experiencia más importante de mi primer año fue hacer amigos. El “college” era parte de un consorcio de cinco universidades (una de ellas pública) y esto me permitió mantener contacto con amigos de escuela superior.
Estaba en Nueva Inglaterra, y mis experiencias como puertorriqueño criado en la Isla, me ayudaron a conocer a otros estudiantes del caribe hispano, a estudiantes con una herencia latina parecida a la mía, y a estudiantes internacionales.
Hoy las redes sociales complican la experiencia. Es posible mantener el contacto con los amigos a larga distancia. Pero la región geográfica y el lugar siguen siendo importantes para el estudiante puertorriqueño.
Aunque fui a un “college” privado, mi trabajo como profesor en universidades públicas y privadas me ha enseñado su gran valor. Las diferencias afectarán la vida de los estudiantes y su efecto será impredecible.
Pero no hay duda que (cuando los medios lo permiten) ir a la universidad siempre vale la pena.
2 responses to “La universidad vale la pena”
Encuentro el tema detallado pero no contesta las preguntas que podrìa tener un padre sobre la cultura de la institución…es progresista? que tipo de estudiantes aplican? Estará en un ambiente seguro(a)?
Gracias Tere, son buenas preguntas. 🙂