Me terminé de leer Anita de Monte Laughs Last (2024), la última novela de Xochitl González, escritora Latina, nacida en Nueva York, hija de madre puertorriqueña y padre mexicanoamericano.
La novela es una versión ficcionalizada de la vida de la artista cubanoamericana, Ana Mendieta, que murió defenestrada y olvidada en 1985.
El título se refiere al dicho, “el que ríe último, ríe mejor,” porque el personaje de Anita, igual que Mendieta, desafía una industria y una cultura que parecen empeñadas en hacerlas desaparecer: en enterrar sus memorias y en olvidar sus obras.
La novela también cuenta la historia de Raquel del Toro, una estudiante de la universidad de Brown.
Raquel descubre el arte de Anita y desentierra su memoria, mientras escribe su disertación en historia del arte. La joven sufre con Anita el ninguneo de una sociedad que desmerece su persona y su voz, por ser mujer y por ser Latina. Está enamorada de un artista que abusa de ella y que, en una escena terrible, le corta su preciosa melena.
La risa de Anita y la melena de Raquel me recordaron el clásico ensayo de Hélène Cixous, “La risa de la Medusa” (1975), donde la escritora cuestiona el mito del monstruo clásico.
Cixous sugiere que el cuento de Ovidio es un texto machista que borra la memoria de una joven hermosa que es violada, asesinada, y decapitada por los dioses, por el mero hecho de ser mujer. En su ensayo, Cixous defiende y modela una escritura femenina basada en la diferencia sexual, que hace sonar de nuevo la risa de la joven.
Hoy desempaco y cuelgo en mi casa cuadros de la colección de arte que heredé de Mami cuando murió. Los tenía almacenados en Puerto Rico y me los traje a Tennessee para tenerla cerca.
Entre ellos hay una acuarela de Venecianas, un libro de artista de Lucía Maya inspirado en otro de poemas de Mami con el mismo nombre. La acuarela se titula “La risa de Rialta.” Está inspirada en un poema que personifica el puente veneciano que cruza El Gran Canal. El cuadro representa “la risa inalcanzable de Rialta / desafiando a la muerte que la acecha.”
Jack es el esposo de Anita en la novela. Es el niño mimado del arte niuyorquino. Pero el escultor envidia el poder de la obra de Anita, y cuando ella se le ríe en la cara, Jack la tira por la ventana.
Al final de la novela, Raquel recibe una foto como regalo de despedida. La foto es uno de los primeros trabajos de Anita. Raquel la describe como una obra “de ojos frescos, con hambre por todo lo que la vida le pone delante.” Es una foto de Anita enterrada, pero floreciendo por los pechos, ojos, y sexo.
La novela de González es un elogio de la risa. De la que ríe último. De la que siente deseo y hambre por todo lo que la vida le pone por delante.
2 responses to “Elogio de la risa”
Quede un poco confundida…
Gracias por leerme y por comentar. 🙂