
En nuestro viaje anual en RV a visitar a mi familia política en North Idaho, mi esposa y yo hacemos parada en Independence (MO), para visitar el museo y los archivos de la biblioteca Harry Truman. La parada es una pausa bienvenida. Ráfagas nos azotan como vientos huracanados, y amenazan con desviar nuestro barquito de su ruta.
Truman fue Presidente de los Estados Unidos durante eventos históricos como la detonación de las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, el final de la Segunda Guerra Mundial, la política de contención del comunismo, y el comienzo de la guerra de Corea.
Pero lo que me trae a visitar la biblioteca y museo es una curiosidad por ver documentos relacionados al intento de asesinato del Presidente, el 1 de noviembre de 1950. Como se sabe, la intentona fue parte de una insurrección nacionalista que incluyó ataques en varios pueblos de la Isla (San Juan, Peñuelas, Ponce, Arecibo, Utuado y Jayuya), inclusive un ataque contra el entonces gobernador, Luis Muñoz Marín, en La Fortaleza, el 30 de octubre.
Consulté los archivos y encontré (y me dejaron leer y fotocopiar) documentos interesantes como el telegrama de Muñoz a Truman fechado el 2 de noviembre, dos días después de retomar el control de los pueblos de Jayuya y de Utuado, y un día después del ataque contra el Presidente. Truman residía entonces en la Casa Blair, en Washington DC.
En el corto telegrama, el Gobernador expresa su escándalo y consternación ante el intento contra “la persona” de Truman, asegura que la insurrección ha fracasado, y minimiza el ataque enfatizando el reducido tamaño de la “banda de terroristas:” “dos puertorriqueños nacionalistas.” La economía y los errores ortográficos del cable sugieren la urgencia y tal vez la alarma con que Muñoz manda su mensaje.
Pude ver también la respuesta más pausada del Presidente al Gobernador. Es una carta fechada el 13 de noviembre, donde agradece el telegrama, expresa su dolor ante la muerte de los ciudadanos que servían al gobierno de Puerto Rico, describe el trasfondo de los “desórdenes” como “irracional e insignificante,” y celebra que la situación se haya “estabilizado.” En los archivos también está el borrador de esa misma carta. En ella, el Presidente tacha una referencia al “ataque armado contra la Casa Blair,” y la sustituye con otra frase que se refiere, en tercera persona, al “intento contra la vida del Presidente de los Estados Unidos.”
El borrador de la carta sugiere una inseguridad en la mente de Truman, entre minimizar el atentado — llamándolo un “desorden,” y describiéndolo como “irracional,” e “insignificante” — y enfatizar la significancia de un ataque contra el Presidente de los Estados Unidos.
Con los años, figuras como las del Gobernador Muñoz Marín y el Presidente Truman se alejan y pierden su definición. Pero mi visita al archivo este verano pone la historia al alcance de mi mano, y les devuelve su humanidad al alarmado Luis y al inseguro Harry.